El Banna y la Hermandad Musulmana
Nota
El movimiento �Hermandad Musulmana� fue fundado por el religioso egipcio Al Hassan Banna en el año 1929, y tiene por objetivo la restauración de un Estado religioso teocrático y el restablecimiento del califato. Prohibido en algunos países árabes, el movimiento alguna vez contó entre sus más destacados integrantes con la presencia del fundador del grupo terrorista Hamas, jeque Ahmed Yassin, eliminado por el ejército israelí durante el pasado mes de marzo, en la Franja de Gaza. Por estos días, según informaron algunos medios de prensa sirios, esta agrupación estaría volviendo a operar en Siria, país que castiga a sus acólitos con la pena de muerte y que hace veinte años prohibió sus actividades.
A pesar de la decadencia actual de la Hermandad Musulmana, el movimiento, creado en la tercera década del siglo XX por El Banna, tiene una fuerte base radical que retoma los planteamientos clásicos de los reformadores anteriores. Sin embargo, El Banna introduce un programa1 más estructurado de acción.
En su obra Risalat et Taalim, El Banna propone siete pasos básicos para el renacimiento islámico:
1. Reformarse a sí mismo.
2. Reformar la propia familia.
3. Reformar la sociedad.
4. Liberar políticamente a la sociedad (Egipto era un protectorado británico en ese período)
5. Establecer un gobierno musulmán.
6. Reestablecer la umma2 y revivir el califato.
7. Guiar el mundo bajo la responsabilidad de Alá.
Estos pasos básicos deben seguir tres niveles de actuación:
1. Et Taarif o conocimiento,
2. Et Takwin o formulación y preparación,
3. Et Tanfidh o ejecución (o implementación)
En su obra, El Banna analiza todos los aspectos de la propagación del llamado islámico o daawa. Los excesos del movimiento en la década de los treinta y cuarenta así como las alianzas políticas, en particular el uso de la Hermandad a partir de 1930 por parte de Ismail Sadqi (primer ministro egipcio) en contra del partido liberal Wafd,3 desgastaron al movimiento de Al Banna, reforzando sus aspectos más conservadores. No obstante, su peso en la vida política lo convirtieron en una alternativa viable de poder y un peligro para la estabilidad egipcia, razón por la cual Nasser reprimió de manera generalizada el movimiento.
Con la política liberal de Sadat y, en particular, con la alianza de la Hermandad con el Estado, en contra de los elementos nasseristas, el movimiento fundamentalista pudo regresar a la luz pública, pero de nuevo debió enfrentarse con el régimen y esto culmina con el asesinato de Sadat el 6 de octubre de 1981. La relación entre la Hermandad Musulmana y el Estado, en particular con el egipcio, pero también con el sirio, es un movimiento pendular que oscila de la tolerancia (incluso de apoyo y de uso) a una drástica represión.
A raíz de la guerra llevada a cabo en contra de Irak, en 1991, el fundamentalismo egipcio se escindió. La Hermandad Musulmana adoptó una posición más conciliatoria con el régimen, a cambio de una actividad no política que le permitiera desarrollar su participación religiosa. Frente a la nueva actitud del movimiento, creado por El Banna, dos grupos radicales egipcios terminaron por surgir: la Gamiaat Islamiya (Liga islámica) y el Yihad Islamí (Guerra Santa islámica). El primero declaró una guerra abierta al gobierno de Hosni Mubarak y atacó principalmente las bases económicas del Estado: el turismo. La ola de violencia desatada por la Gamiaat Islamiya, en contra de los sitios turísticos, provocó una caída del 40 % de la afluencia de turistas, en 1993, en Egipto y recrudeció en 1997 con la matanza del Valle de las Reinas, en Luxor.
El peso político del fundamentalismo egipcio moderado se manifiesta en particular en las cuestiones culturales y sociales. En efecto, el escándalo del "Salman Rushdie" egipcio, descrito por el periódico Le progrés égyptien, de El Cairo, en diciembre de 1991, no despertó ninguna crítica. Los derechos humanos y la libertad de expresión de este escritor egipcio, que fueron socavados por la Corte de Seguridad de su país, fue un hecho desoído por la prensa occidental que, en contrapartida, dio muchísima más publicidad a la condena que pendía contra el escritor británico, de origen indio, Los versos satánicos.
Tanto el escritor egipcio Alaa Hamed, como su editor y su impresor fueron condenados a finales de diciembre de 1991 por la Corte de Seguridad del Estado a ocho años de cárcel por "blasfemia, incitación a la impiedad y atentado en contra de los valores morales" de la sociedad. La obra, escrita en árabe, Recorrido en el espíritu de un hombre, publicada en marzo de 1990, describe a los profetas en el transcurso de un viaje ficticio en el paraíso, en situaciones que las autoridades de la célebre mezquita de Al Azhar, pilar de la ortodoxia sunnita, consideraron como una blasfemia.
Este juicio sin precedente en los anales de la justicia egipcia demuestra la influencia que tienen los sectores conservadores religiosos sobre el poder político. El Estado de Emergencia decretado desde 1981 y todavía en vigor permitió que este juicio se llevara a cabo de manera acelerada y sin derecho de apelación.
Más que la de Alaa Hamed, un ignoto escritor egipcio, la personalidad del editor, Mohamed Madbuli, es el punto nodal de la problemática, en la medida en que representa una corriente dinámica de la prensa escrita egipcia. Este hecho ha llevado a los medios intelectuales a cuestionar la decisión de las autoridades. Si bien la condena moral a la obra es generalizada entre la mayor parte de los escritores, éstos comenzaron a temer por el porvenir de la libertad de expresión, seriamente perseguida por motivos religiosos.
La obra de Alaa Hamed presenta a un Moisés tratando sin éxito de hacer brotar una fuente con su bastón y a Noé jugando con un barco de papel en un charco de agua. El editorialista islámico del prestigioso diario Al Ahram de El Cairo, Ahmed Bahgat, calificó al autor de Salman Rushdie egipcio, lo que significó el inicio de la cacería de brujas. Esta condena muestra el peso que tienen los sectores religiosos sobre la vida intelectual egipcia.
Pocos días antes del inicio del asunto del Salman Rushdie egipcio, el semanal Ros-el-Yucef publicó una lista de 55 obras prohibidas en Egipto, entre las cuales figuraban El pan seco, del marroquí Mohamed Chukry, la traducción al árabe de �Quién mató a Palomino Molero?, de Mario Vargas Llosa, Los niños de nuestra calle, del Nóbel Naguib Mahfuz y La introducción a la filología, obra de Luís Awad en la que el autor analiza los orígenes de la lengua árabe. La censura llegó también al místico del Islam ortodoxo, el andalusí Muhyedin Ibn Arabi (1165-1240), y en particular a su obra maestra Las iluminaciones mequinenses.
El Cairo, segunda megalópolis del mundo, sacudida por el papel de los grupos radicales fundamentalistas, es una ciudad de contrastes y contradicciones, donde predomina también la miseria humana que intelectuales como Naguib Mahfuz, premio Nóbel de literatura 1990, o el fallecido en agosto de 1991, Yucef Idriss, han sabido retrasmitir a través de sus obras hiperrealistas. En su novela Arjas Layeli, Idriss nos lleva al corazón de los laberintos de El Cairo, en el seno mismo del pópulo que supo entender y penetrar.
Debido a estas circunstancias, El Cairo también es un semillero del movimiento fundamentalista, que encuentra en los barrios pobres su principal respaldo.
A pesar de la respuesta violenta del Estado, varios barrios de El Cairo y algunas regiones egipcias (como la zona agrícola de El Fayum, al sur de la capital) son considerados bastiones del integrismo.
El movimiento de la Hermandad Musulmana traspasó las fronteras de Egipto para penetrar en casi todo el Mundo Islámico, pero no de manera estructurada y organizada, sino de manera informal, creando secciones independientes en cada país.
Sin embargo, desde la emergencia de los grupos neo-fundamentalistas4, la Hermandad Musulmana ha quedado como un símbolo de un fundamentalismo que supo acomodarse con el poder, como en el caso de Argelia o de Egipto, frente a las nuevas corrientes más radicales.
4.BADAWI, Jamal A. "Approaches to muslim Reawakening. Al Banna approach" en Al Ittihad, Op. Cit., p.24 a 33.
4 Umma: Comunidad musulmana
4.Cfr. EL SAID, Rafaat "El Ijwan el muslimin fi lu'bat el siyasiya" (Los Hermanos musulmanes en el juego político) en Afaq Arabiya, Bagdad, año 3, núm.7, marzo 1978, pp.81 a 103. 4 Denomino grupos neo-fundamentalistas a las organizaciones que han surgido en los últimos años pero que se han separado del fundamentalismo tradicional por el uso directo del terrorismo, sin enfocarse en un país determinado o en una reivindicación política clara, como es el caso del Qaida o del Grupo Islámico Armado en Argelia o del grupo de Abu Sayyaf en Filipinas.
*El autor es Profesor-investigador del Departamento de Relaciones Internacionales del ITESM, Campus Monterrey, México y especialista en asuntos internacionales. Autor de varios libros entre los cuales se destacan: �Islam y política�. �Los procesos políticos árabes contemporáneos�; Trillas, México, 2001 y �Arab Immigration in México�; Augustine Press, Austin, Texas, 2003.
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