¿Qué
es el terrorismo?, ¿quiénes son terroristas? Estas
preguntas cuentan con la mirada subjetiva de quienes intentan
asumir las respuestas. Algunos dirán que en
pos de lograr sus objetivos nacionales, no
tienen más remedio que cometer actos que impongan el
terror y la muerte en otras sociedades, otros dirán que
para cuidar el patrimonio nacional de ideas
extranjerizantes también hay que cometer estos
actos. Y también están los que piensan que al
servicio de la prevención de futuros actos terroristas,
hay que invadir distintas regiones del globo, para dar cuenta
al mundo de quién es el más fuerte.
Todas estas hipótesis,
son las que comúnmente se utilizan para defender lo indefendible:
la muerte de personas civiles que intentan transitar normalmente
sus vidas cotidianas. Porque aquí está el verdadero
objetivo de las acciones terroristas: los niños, mujeres
y hombres que sufren en carne propia, o en los cuerpos de sus
personas amadas, el horror del crimen para lograr un fin político.
Por lo general, y más
en estos últimos tiempos, inmediatamente y no sin
razón- se identifica la palabra terrorismo con
ciertos grupos fundamentalistas islámicos. Pero la lista
de quienes emprenden este tipo de actividad, es mucho más
amplia. En los países del denominado tercer mundo
distintos gobiernos militares, llegados al poder por la sola
imposición de sus fuerzas, implantaron su propia clase
de terrorismo; el Terrorismo de Estado, dejándonos
como legado una interminable lista de personas asesinadas, desaparecidas
y mutiladas. Este terrorismo, planeado desde las distintos esferas
del poder político, condujo a otra clase; el Terrorismo
Económico, legitimando planes económicos
de entrega de las riquezas nacionales y de explotación
de estos pueblos, que comenzaron a implementar en estos países
subdesarrollados, algunos gobiernos del denominado primer
mundo (acompañados por distintos sectores de los
poderes económicos locales), y que dejan como resultado
en gran parte del planeta, a millones de seres humanos en estado
de desnutrición, de marginalidad social y de analfabetismo.
Con este dossier, nos
propusimos lograr una aproximación a la definición
de terrorismo, incluyendo artículos que analizan algunos
casos ligados al conflicto existente en el Cercano Oriente.
El tema, por supuesto, es muy amplio y necesitaríamos
mayor espacio para lograr un acercamiento más global
a esta temática. Pero si tomamos en consideración
(sólo por nombrar algunos casos) el genocidio sufrido
por el pueblo armenio a manos de las tropas turcas, el intento
de exterminio del pueblo judío en manos del nazismo y
las bombas atómicas arrojadas sobre las ciudades japonesas
de Hiroshima y Nagasaky, a manos de
las tropas estadounidenses, queda demostrado que los actos terroristas
superan al accionar de grupos fundamentalistas, o en algunos
casos marginales, convirtiéndose en políticas
de Estado. Todos ellos, en definitiva,
repudiables y condenables de la misma manera.
Definiendo al Terrorismo
Por el Dr. Kshitij
Prabha*
El
terrorismo es un fenómeno global, fácil de reconocer
pero difícil de definir. Académicos a lo largo
del mundo lo describen de acuerdo a sus condiciones políticas
y socio-económicas. Aquellos afectados por problemas
económicos y sociales conciben al terrorismo como un
conflicto social entre los que tienen y los que no, mientras
que aquellos que viven del uso de tácticas terroristas
para ganar influencia política lo consideran un fenómeno
político. Aparentemente la palabra terrorismo
es interpretada para satisfacer diversos intereses.
Hay
innumerables definiciones de terrorismo y cada una, a pesar
de parecer correcta desde su propia perspectiva, ignora ciertos
aspectos de la cuestión. En otras palabras, estas definiciones
no representan todos los componentes del terrorismo. Sin embargo,
a partir del análisis de estas definiciones puede desarrollarse
una definición aceptable. Variadas interpretaciones no
sólo complican meramente la definición del terrorismo,
sino que además alientan a sus perpetradores a escapar
en nombre de la definición económica y la lucha
por la libertad. De hecho, el terrorismo sigue impregnando al
sistema político porque no hay una definición
aceptable; y por lo tanto no es posible acción punitiva
alguna contra los perpetradores por parte de los gobiernos o
de las organizaciones internacionales. Académicos de
todo el mundo están enmarañados en un laberinto
de terminologías y han expresado distintas perspectivas.
Entre todas ellas, la definición más ampliamente
aceptada es aquella ofrecida por Yonah
Alexander, quien define al terrorismo como:
el uso de la violencia contra blancos civiles para intimidar
o crear un miedo generalizado con el propósito de lograr
objetivos políticos. Esta definición es
precisa y a menudo citada por académicos, pero vuelve
la espalda a un importante aspecto del terrorismo: las conexiones
internacionales. Los terroristas no pueden infligir terror sin
las facilidades de fondos e infraestructuras que reciben de
conexiones internacionales. Bastante similar es la elaborada
definición dada por Alex P. Schmid,
quien analiza innumerables definiciones antes de arribar a la
siguiente conclusión: Terrorismo es un método
inspirador de ansiedad, de repetidas acciones violentas empleadas
por individuos, grupos o actores estatales clandestinos
por razones idiosincrásicas, criminales o políticas
en las que en contraste con los asesinatos- los objetivos
directos de la violencia no son los objetivos principales. Los
objetivos humanos inmediatos de la violencia son generalmente
elegidos de forma aleatoria o selectivamente de un segmento
de la población, y sirven como generadores de mensaje.
Amenaza y violencia son las bases de los procesos de comunicación
entre terroristas y víctimas; los objetivos circunstanciales
son usados para manipular el objetivo principal, convirtiéndolo
en un objetivo de terror, un objetivo de demandas, o en un objetivo
de atención, dependiendo de si lo que se busca primordialmente
es la intimidación, la coerción o la propaganda.
Esta definición abunda en detalles del fenómeno
del terrorismo, pero se centra más en los objetivos y
propósitos que en la naturaleza básica del mismo.
Existe otro grupos de académicos
que definen al terrorismo desde una perspectiva histórica,
como por ejemplo Michael Walter, quien cree que el
terror aleatorio para logros políticos surgió
como estrategia de la lucha revolucionaria tras la Segunda Guerra
Mundial. De igual manera algunos académicos definen
al terrorismo a la luz de la violencia y la coerción
por parte de agencias estatales. Walter Laquer, por ejemplo, define a los actos de violencia y represión
llevados a cabo por el Gobierno contra su propia población
como terrorismo. En la misma veta, Neil
Livingston dice que el Estado es el
principal perpetrador de terrorismo hoy en día. Corroborando
la misma idea, académicos como Joy
Tallin definen terrorismo como un sustituto para la guerra abierta.
Para ponerlo en sus propias palabras: cuando las diplomacias
fracasan los soldados se hacen cargo, cuando los soldados fracasan
el terrorismo se hace cargo. Su opinión del terrorismo
como sustituto de la guerra o como consecuencia del fracaso
de la diplomacia es relevante. Pero afirmar que el terrorismo
es un desprendimiento del fracaso militar está lejos
de la realidad. A menudo hemos visto la incapacidad de la policía,
no de los soldados, en la contención del terrorismo.
De hecho cuando los diplomáticos, los líderes
políticos y la policía fracasan, los soldados
terminan por hacerse cargo de la contención del terrorismo.
Definición
de Terrorismo de la ONU
El Reporte del Comité Ad Hoc en Terrorismo Internacional de la Asamblea General de
las Naciones Unidas (28º sesión /A/ 9028, 1973)
fue un documento importante en la historia del terrorismo. Invocando
la resolución del año 1972 llamada Medidas
para prevenir el terrorismo internacional que haga peligrar
o cobre vidas humanas inocentes o ponga en peligro las libertades
fundamentales, y estudio de las causas subyacentes de aquellas
formas de terrorismo y actos de violencia que yacen en la miseria,
la frustración, agravios y desigualdad, y que impele
a algunas personas a sacrificar vidas humanas, incluyendo la
suya propia, en un intento de provocar cambios radicales,
el Comité Ad Hoc estableció
tres subcomités para examinar la definición, las
causas y la prevención del terrorismo. Siete propuestas
borradores fueron remitidas por diferentes naciones al subcomité
encargado de definir al terrorismo. Mientras que el grupo de
los no-alineados (integrado por Argelia, Congo, Yemen Democrático,
Guinea, India, Siria, Túnez, Tanzania, Yemen, Cuba, Zaire)
remitían propuestas colectivas, Francia, Grecia, Haití,
Irán, Nigeria, Venezuela hicieron presentaciones individuales
en la definición del terrorismo. El grupo de los no-alineados
definió al terrorismo como actos de violencia cometidos
por un grupo o individuos que hacen peligrar vidas humanas y
las libertades fundamentales, cuyos efectos no se limitan a
un Estado. Esto no debe, bajo ningún punto de vista,
afectar el derecho inalienable de la autodeterminación
bajo regímenes colonialistas y racistas. La propuesta
francesa describe al terrorismo internacional como actos odiosos
de barbarismo cometidos en territorio extranjero. Grecia distinguió
entre terrorismo y lucha libertaria y lo definió como
actos criminales de violencia con el fin de poner presión
en una disputa o para satisfacción personal. Haití
incluyó las aspiraciones políticas en la definición
e Irán agregó a la violencia contra movimientos
libertarios como actos de terrorismo internacional. Nigeria
y Venezuela también sostuvieron definiciones similares.
Aparentemente la casa estaba dividida. Por lo tanto no pudo
adoptarse ninguna resolución en la definición
de terrorismo. El problema permaneció en suspenso hasta
1987, cuando el Secretario General convocó a una Conferencia
Internacional para definir al terrorismo y diferenciarlo de
la lucha libertaria. Esta conferencia tuvo éxito en el
sentido de que sus miembros se pusieron de acuerdo en identificar
al terrorismo como crimen y en proponer un futuro plan de acción.
Tomando nota del Informe de la Conferencia hecho
por el Secretario General, la Asamblea General de la ONU condenó
todos los actos de terrorismo excepto aquellos que luchan
por el derecho a la auto-determinación contra regímenes
extranjeros y racistas- como criminales
(Resolución adoptada en base al Informe del sexto comité,
Asamblea General, 94º encuentro, 7 de diciembre de 1987,
Informe A/42/832). Una mayoría aplastante adoptó
la resolución. De todas formas, notablemente los Estados
Unidos e Israel votaron en contra de la resolución mientras
que Honduras se abstuvo. Así, tras quince años
de deliberaciones y contra deliberaciones finalmente las Naciones
Unidas llegaron a la conclusión de que todos los actos
de terrorismo son criminales. De todas formas, analizada desde
el punto de vista de la prevención, entonces esta definición
puede servir al propósito. Quizá es la manera
más simple de lidiar con el terrorismo. Esta puede ser
una de las medidas efectivas para prevenir el terrorismo internacional
sin entrar en detalles sobre las causas y su afiliación
política. Identificarla con sus actos de violencia
y tratarlas como criminales suena bastante bien, pero
¿es viable? Si la prevención es el objetivo de
definir al terrorismo como criminal, entonces las Naciones Unidas
deberían haber adoptado inmediatamente una resolución
sobre un tratado de extradición compulsiva entre naciones
para el intercambio de criminales (terroristas) que operan desde
distintas partes del globo. Las Naciones Unidas no tomaron ninguna
medida en este sentido a pesar de que la cuestión fue
planteada en diversas oportunidades. Hasta tanto la extradición
no sea compulsiva y los criminales sean juzgados de acuerdo
a las leyes de la nación a la que pertenecen es improbable
que esta definición pueda prevenir el terrorismo. Por
lo tanto, incluso esta definición carece de relevancia.
Obviamente hay una larga lista de definiciones dadas por diferentes
académicos en distintas situaciones y contextos. Indudablemente
todas estas definiciones llevan a la concepción del terrorismo
y comparten ciertos rasgos. De todas formas, ninguna de estas
definiciones presentó al terrorismo en su totalidad.
Cada académico ofreció su propia perspectiva del
terrorismo. Ninguno adoptó la perspectiva de los terroristas
y la relacionó con las demás para desarrollar
una definición funcional del terrorismo. El presente
estudio es un intento de hacerlo en base a la teoría
sistemática de David Easton.
La teoría sistemática de David Easton
es adoptada no meramente porque el fenómeno del terrorismo
tenga un efecto directo en el sistema político y socio-económico,
sino también porque el terrorismo emerge desde el interior
del propio sistema. (Para llegar a una definición funcional
del terrorismo sería más relevante una aproximación
pragmática al problema) Una definición desprovista
de cuestiones políticas y socio-económicas involucradas
en el terrorismo contribuye sólo a propósitos
académicos y no a implicancias prácticas. Por
lo tanto, en este contexto, el terrorismo es en general definido
desde varias perspectivas: Perspectiva Política
(P) : Acción de Grupo (AG),
Vínculos Internacionales (VI) , Perspectiva de Medios
(M) : Violencia (V), Entrenamiento (E) En este modelo,
la definición de terrorismo es analizada desde las dos
perspectivas mencionadas más arriba: terrorismo como
un fenómeno político descrito como P, y como medios,
descrito como M, para lograr objetivos. En la fase subsiguiente
el modelo explica que P requiere coordinación y cooperación
para formar un grupo político cohesivo y por lo tanto
necesita acción de grupo (AG) para implementar
el plan y la acción grupal conduce a los vínculos
internacionales (VI). Desde el punto de vista de la perspectiva
política, el terrorismo es definido como un fenómeno
más político que criminal o psicológico,
a la luz del hecho de que los terroristas no creen en ganancias
personales o en acumulación de riquezas. Su único
objetivo es adquirir poder político, sea en la forma
de autonomía o creación de un Estado independiente.
En la perspectiva de los medios, el terrorismo es definido como
un medio en la persecución de la realización de
una misión política. Al explicar los medios, el
modelo enfatiza la necesidad de la violencia en el terrorismo.
La violencia empleada por los terroristas es de un género
específico, táctica por naturaleza. La violencia
que comporta un mensaje al gobierno es terrorismo. Asesinatos
e incendios premeditados desprovistos de publicidad no encajan
en la definición de terrorismo. Más aún,
las herramientas de violencia que usan los terroristas demanda
entrenamiento profesional. Un lego no puede operar armamento
y misiles sofisticados usados por los terroristas. Este aspecto
también requiere atención al definir terrorismo.
Los siguientes párrafos presentan un detallado análisis
de ambas perspectivas en la definición de terrorismo.
Terrorismo
como fenómeno
político
La violencia
y la intimidación pueden ser medios efectivos de lograr
múltiples objetivos. Puede ser usado para beneficios
personales, reparar agravios sociales y económicos, o
para ganar envergadura política. De todas formas, no
todos los actos de violencia son terrorismo. Sólo puede
definirse como terrorismo aquellos incidentes de violencia que
tienen implicancias políticas. Actos de violencia individuales
son más de una naturaleza psicológica que política.
Aspectos socio-económicos o psicológicos son factores
casuales en el crecimiento del terrorismo, y no la naturaleza
básica del fenómeno. Tanto la naturaleza como
los propósitos del terrorismo son políticos. Su
identidad política puede entenderse mejor analizando
varias dimensiones del problema, tales como el objetivo, la
metodología y la estructura organizacional. El objetivo
último de los terroristas es adquirir poder político.
Las cuestiones sociales y económicas no son primarias
para ellos, aún cuando éstas son vitales para
el auge del terrorismo. No son prioridades porque ellos creen
que, una vez que el poder político caiga en su dominio,
las reformas sociales y económicas vendrán por
sí solas. Así, su única meta es capturar
el poder. Su desesperación los inspira a poner en la
mira a líderes políticos e instituciones para,
de esta forma, calumniar la credibilidad de un gobierno. Otra
dimensión política importante para el terrorismo
es su estructura organizacional. Los grupos terroristas están
organizados más como un partido político que como
una pandilla criminal. En nombre de los derechos civiles garantizados
a los ciudadanos en democracia, los terroristas se complacen
en la violencia y siembran inquietud y miedo entre las masas.
Acertadamente Wilkinson define a tales
actos de violencia como terrorismo político. Subsecuentemente,
el modelo de definición remarca la acción grupal
(AG) como un elemento esencial en terrorismo. La clase de violencia
que infligen los terroristas no puede tener impacto sin una
maniobra colectiva. Ellos operan en una estructura de cadena
y son interdependientes entre sí para ejecutar el plan
de subversión. La necesidad de colaboración en
operaciones es tan alta en las organizaciones que en algunas
oportunidades contratan servicios de otros grupos más
allá de sus fronteras. Por ejemplo, el terrorismo subvencionado
por Pakistán en India involucra diferentes grupos terroristas
que operan en Puyah, Jammu y Kashmir en India, así
como mercenarios de Afganistán, Sudán y Arabia
Saudita. La historia del terrorismo es pródiga en ilustraciones
del terrorismo internacional. El Ejército de Facción
Roja (RAF) de la anterior- Alemania Occidental, popularmente conocida
como Baaden Meinhoff,
y la JKLF pudieron suponer amenazas a la sociedad civilizada
por sus conexiones internacionales. Baader
y Meinhoff, los dos líderes
importantes de RAF tuvieron un encuentro en Jordania para entrenar
militares palestinos y los usaron en su propio beneficio para
desestabilizar al gobierno de Alemania Occidental. De la misma manera, los militantes
de Kashmir recibieron asistencia militar
y financiera de Mujahidines de Pakistán
y Afganistán. Similarmente el IRA con base en Reino Unido
tiene también unidades de operación en los Estados
Unidos. La ex Primer Ministro, Margaret
Tatcher, tenía información
fidedigna de que el IRA estaba recibiendo fondos de mercenarios
libaneses. Esta cuestión fue uno de los factores importantes
que inspiraron a Tatcher a apoyar
el ataque americano al Líbano en 1986. Estos incidentes
son indicaciones suficientes de que la colaboración política
en la red internacional de grupos terroristas es vital para
el éxito del terrorismo. Sin tales contactos y cooperación
el terrorismo permanecería en el plano filosófico
y no tendría impacto alguno en la sociedad o en el gobierno.
Por lo tanto, la definición apolítica de terrorismo
carece de relevancia en el problema global del terrorismo.
Terrorismo
como medios hacia un fin
El segundo aspecto esencial en la definición de terrorismo
es analizarlo como medio para un fin más que como un
fin en sí mismo. La historia ofrece evidencia de que
los terroristas invariablemente buscan lograr ciertos objetivos
socio-económicos o políticos. Las tácticas
terroristas fueron siempre usadas como medios para un fin. La
teoría de los medios es tan relevante en las políticas
de violencia que incluso un perpetrador individual dirige su
queja a través de tácticas de terror. Más
aún, es el tipo de medios empleados lo que distingue
a un grupo terrorista de otros de diversa índole. El
terrorismo adopta una táctica bien planeada para complacerse
en la violencia, incendios premeditados y subversión.
Cada fase de violencia es diseñada por terroristas de
acuerdo a las condiciones políticas y socio-económicas
del área en miras. El ambiente de intranquilidad y miedo
es creado a través de conspiración y propaganda
antes de que los terroristas incurran en la violencia. Tales
cuestiones no se encuentran en la violencia utilizada por los
partidos políticos. Como corolario, tal como se explica
en el modelo, también es importante notar que la violencia,
siendo una precondición para el terrorismo, necesita
planeamiento adecuado para la ejecución de misiones subversivas
que dependen ampliamente del grado de entrenamiento de los terroristas.
Sin entrenamiento en el uso de armamento, la aplicación
táctica de la violencia no es posible. Este aspecto es
asimismo importante en la definición del terrorismo.
Los terroristas son entrenados en armamentística, sistemas
de comunicación y acciones de seguimiento post-violencia
en campos de entrenamiento en el extranjero. Es un importante
aspecto del terrorismo, porque la era en que vivimos no es la
de dagas y cuchillos, sino de ametralladoras, bazookas,
misiles, bombas de transistores, cartas-bomba, cianuro y RDX.
Estas descripciones aparentemente conducen a la conclusión
de que el terrorismo no es sólo una clase de violencia
expresada de improviso, sino un instrumento organizado para
conseguir objetivos políticos. Tiene su propia identidad,
abarcando diversas cuestiones como las mencionadas más
arriba. Por lo tanto, basado en las definiciones dadas por académicos
en todo el mundo y las cuestiones involucradas en él,
el terrorismo puede ser definido aquí como un acto o
una amenaza de impacto de violencia táctica por parte
de un grupo de individuos entrenados que tienen vínculos
internacionales, para lograr objetivos políticos. Este
grupo puede ser subvencionado por agencias estatales y no estatales.
Esta definición cubre precisamente todos los aspectos
del terrorismo.
*Fuente:
www.idsa-india.org
Traducción: Sebastián Kleiman
Terrorismo 2002: el entorno
estratégico Hizballah, Irán,
Siria e Irak
Por Ely Karmon, Investigador del ICT*
Trabajo
presentado en el seminario terrorismo 2002: el año
en retrospectiva, en el Instituto de Política Internacional
para Contra-Terrorismo, Hertzlia, 20 de enero de 2003.
A primera
vista Hizballah, Irán y Siria parecen ser una coalición
triangular sin vínculo alguno con el cuarto jugador,
Irak. Sin embargo, de hecho, gran parte de su estrategia durante
2002 ha sido delineada por una alianza objetiva,
para utilizar un término cercano a los Marxistas-Leninistas
una alianza que forjaron frente a la determinación
americana de emprender la guerra contra Irak. Hizballah ha estado en la vanguardia de esta estrategia, como
jugador independiente y como campeón de los intereses
estratégicos de Siria e Irán.
Estrategia
de Hizballah en 2002
Hizballah emergió significativamente
fortalecido en la arena libanesa, regional e internacional,
como resultado de la retirada unilateral israelí del
sur del Líbano en mayo de 2000. La retirada israelí
es percibida en las arenas palestinas, árabes e islámicas
como una gran victoria en la lucha contra Israel, Estados Unidos
y los enemigos del Islam. Un gráfico de la actividad
de Hizballah en 2000 deja en claro
que el comienzo de la Intifada Palestina
en octubre de 2000 fue el gatillo que disparó la prosecución
de la lucha armada de Hizballah contra Israel. Esto fue ilustrado por el secuestro
de tres soldados israelíes en el sector Har
Dov y de otro ciudadano israelí
en el extranjero, a través de un esquema de inteligencia
terrorista. HIzballah ve su activo involucramiento en la Intifada Palestina como parte de la inevitable lucha contra
la amenaza imperialista representada por los Estados Unidos.
La Organización intenta asegurarles a los palestinos
una victoria similar a aquella otra de la Resistencia Islámica
en el sur del Líbano. Esta estrategia encaja con la visión
ideológica original que sostiene que la islamización
del Líbano no es posible en el marco del balance de
fuerzas entre las varias comunidades religiosas, y el claro
interés sirio de mantener su influencia en el país.
Por lo tanto el objetivo final será conseguido, necesariamente,
a través de la liberación de toda Palestina y
de la Ciudad Santa de Al-Quds (Jerusalem).
Durante 2001, Hizballah apoyó
a los palestinos a través de un escudo de artillería
y ataques de campo contra posiciones israelíes en el
sector de las granjas de Shaba, en la frontera norte de Israel, pero, para finales
de ese año, fue disuadido por la decisión del
nuevo gobierno israelí de atacar objetivos sirios en
el Líbano, en abril y Julio. Esta disuasión se
vio incrementada aún más por la nueva situación
internacional resultante de los ataques del 11 de septiembre
contra los Estados Unidos y la consecuente campaña contra
Al-Qaida y los Talibanes en Afganistán.
De todas formas, tras la rápida victoria americana en
Afganistán y la evaluación de que los Estados
Unidos se inclinarían a negociar con otras pícaras
organizaciones y Estados del eje del mal, la dirigencia
de Hizballah, en coordinación
con Siria e Irán, decidió incrementar su confrontación
con Israel apoyando activamente la Intifada
Palestina. Esto pretendía incrementar la tensión
en la zona en un esfuerzo por obstruir posteriores acciones
americanas contra Irak. Eventos subsecuentes durante
2002 contribuyeron a reforzar esta conclusión: el
involucramiento de veteranos militantes de Hizballah en el Karin
Affair, en enero, y el intento de contrabandear cohetes
Katyusha a través de Jordania
para la misma época con el objeto de inflamar el conflicto
árabe-israelí. Después, el 12 de marzo
de 2002, infiltrados palestinos apoyados por Hizballah
atacaron vehículos civiles en el norte de Israel, matando
a cinco civiles y a un soldado de las tropas israelíes
(IDF). Esto fue dos semanas antes del fatal atentado suicida
de Hamas en el Park
Hotel de Netanya, en la noche de Pésaj,
y la consecuente operación Escudo de Defensa
de las IDF. Los intentos de Hizballah
de desestabilizar la región alcanzaron su pico entre
el 30 de marzo y el 13 de abril, cuando militantes dispararon
pesados morteros y Katyushas contra
posiciones de las IDF en el norte de Israel. Con el objeto de
mantener alta la tensión en la frontera, y de demostrar
a sus seguidores que no había cese al fuego de su parte,
Hizballah utilizó una nueva
táctica militar: entre los principales ataques de campo,
la organización dirigió fuego anti-aéreo
hacia aviones de la Fuerza Aérea Israelí que sobrevolaban
el espacio aéreo libanés. Tras cuatro meses de
tensa calma, el 29 de agosto hubo un nuevo ataque de Hizballah
sobre puestos israelíes en las granjas de Shaba.
Esto fue probablemente una respuesta a la presión americana-israelí
sobre Siria y Líbano en vísperas del debate del
Congreso norteamericano sobre la responsabilidad de Siria. Parecía
haber sido programado para coincidir con la escalada de Estados
Unidos contra Irak y la visita del Vicepresidente iraquí,
Taha Yasin Ramadan al Líbano. Toda
esta actividad desarrollada bajo el paraguas de un arsenal estimado
en cerca de 9000 cohetes y misiles, incluyendo nuevos
misiles de 70 kilómetros de alcance que amenazan
incluso las ciudades de Haifa y Hadera.
En paralelo a esta actividad militar abierta, Hizballah
realizó un inmenso esfuerzo para obtener una infraestructura
terrorista y de inteligencia independiente dentro de la Autoridad
Palestina e Israel. Células de árabes israelíes
reclutados por Hizballah para misiones terroristas y de inteligencia fueron
descubiertas en noviembre de 2000, Junio de 2001, septiembre
de 2001 y, posteriormente, en julio de 2002. Los objetivos estratégicos
de esta intensa actividad fueron presentados abiertamente por
el liderazgo de Hizballah en numerosas declaraciones anti-israelíes
y anti-norteamericanas. En julio de
2002, Hassan Nasrallah, Secretario General
de Hizballah, declaró que,
llegado el momento oportuno, Hizballah
utilizará todos los recursos a su disposición
todas las balas en su poder, hasta la última-
en la batalla de largo plazo que se avecina. El líder
espiritual de Hizballah, Sheik Mohammed
Hussein Fadlallah,
se refirió a esta opción de manera más
franca: Existen complots internacionales, arrogantes y
particularmente americanos para embarcarse en una nueva invasión
contra Irak, pero creemos que no es tan fácil como parece.
Nuevos frentes pueden aparecer, frentes no perceptibles hoy
en día por los poderes arrogantes, porque
en la actualidad están ocultos.
La
Sirianización de Hizballah
¿Acaso estamos presenciando la sirianización de Hizballah?
Siempre fui de la opinión de que es Siria, más
que Irán, el mayor responsable del fortalecimiento del
peso estratégico de Hizballah y de su libertad de acción en el Líbano.
El apoyo financiero, logístico y militar iraní
a la organización depende en grado sumo de la buena voluntad
del Régimen de Damasco. Desde la muerte de Hafez
al-Asad, su hijo Bashar ha gozado
de una relación especial, extraña
algunos la llaman hipnótica- con Nasrallah.
Esto modificó el balance de poder entre los dos bandos,
con una gran cantidad de independencia y dominio a favor del
carismático líder de Hizballah. Incluso bajo presión americana, Siria se
ha rehusado a tomar acción contra la denominada Resistencia
Hizballah y las organizaciones radicales palestinas- que actúa
en su territorio y ha inducido al gobierno libanés
a actuar de igual forma. Existen reportes que sostienen que,
desde mediados de 2002, Siria envió cohetes de 220
milímetros a Hizballah, con un alcance de 30 kilómetros (70 kilómetros
según otras fuentes) probablemente para tener una influencia
más directa sobre este aspecto del armamento estratégico
de Hizballah. En enero de este año,
fuentes israelíes reportaron que el ejército sirio
realizó maniobras conjuntas con Hizballah,
junto con unidades de la Guardia Revolucionaria Iraní
en el Líbano. Irán Irán siguió
apoyando masivamente a Hizballah y
coordinando su actividad contra Israel. Además del cargamento
regular de armas, el entrenamiento militar de los luchadores
de Hizballah y el apoyo financiero
al Dawa (la infraestructura socio-económica)
de la organización, últimamente se reportó
el despliegue, por parte de Irán, de cohetes Zelzal (cohetes de artillería pesada de 610 milímetros
con una carga explosiva de 600 kilogramos y un alcance de 210
kilómetros) en territorio controlado por Hizballah.
Según oficiales de inteligencia americanos, el presupuesto
anual de Irán para Hizballah
en 2002 excedió los 100 millones de dólares. Irán
además busca directamente armar a los palestinos en la
Ribera Occidental y en Gaza. Fuerzas
israelíes capturaron dos embarcaciones el Calypso
y el Santorini- involucradas en el
contrabando de armas iraníes desde el Líbano a
Gaza, previo a la captura de 50 toneladas
de armamento iraní en la costa de Gaza. El gobierno iraní incrementó en un 70
% su contribución a la Jihad
Islámica Palestina, grupo que se ha convertido en uno
de los más activamente comprometidos en los atentados
suicidas. Recientemente fue publicado que Irán podría
haber pagado por el último atentado en Tel-Aviv. Hassan Khomeini, nieto de Ayatollah Khomeini, declaró que Irán considera la liberación
de Palestina como prioridad de su política estratégica,
y que la Intifada de la Palestina
musulmana debe ser visualizada desde la perspectiva islámica
(como)
el camino hacia una nueva fase en la revolución
histórica del Imam Khomeini.
Los intentos iraníes por llevar a cabo operaciones terroristas
a través de Jordania supusieron otro peligro a la estabilidad
de la región. Irán subvencionó al menos
17 intentos de lanzar morteros y cohetes desde Jordania hacia
Israel. Irán a su vez continúa apoyando al PKK
kurdo y a elementos islámicos radicales turcos que militan
contra Turquía, aunque en mucha menor medida que en el
pasado. De todas formas, debe prestarse atención al hecho
de que muchos reformistas iraníes se han declarado reacios
a ser más palestinos que los propios palestinos
y algunos de sus trabajos académicos incluso han criticado
a los terroristas suicidas. La existencia de una situación
de doble vía se hizo más evidente tras la sorpresiva
visita del Ministro de Relaciones Exteriores de (el presidente
sirio Al-) Kathami, Kamal
Kharazi, a Beirut, en abril de 2002,
al día siguiente de que Hizballah
llevara a cabo un gran ataque contra posiciones israelíes
en las granjas de Shaba. Hay además
signos de que el liderazgo iraní, incluso los miembros
pertenecientes a la línea dura, han comprendido la necesidad
de negociar un acuerdo con los Estados Unidos, ante el peligro
de que Irán se convierta en el próximo miembro
del eje del mal en caer en la mira de Bush. ¿Qué estrategia para el futuro?
El Triángulo Estratégico. El diario libanés
pro-sirio al-Safir describió el desarrollo de relaciones en el triángulo
Siria-Irán-Hizballah
tan estrechas que ahora es difícil, de hecho imposible,
separar las tres partes o descarrilar alguna de
las tres vías. Según fuentes del periódico,
desarrollos actuales y futuros alimentarán, en
el momento oportuno, el papel regional de Hizballah en la cooperación con Siria e Irán.
Hizballah estará lista para
aproximarse a su dimensión regional cuando
los Estados Unidos aumenten el nivel actual de
apoyo a Israel y directamente se sumen a los israelíes
en la confrontación contra los palestinos. Otro potencial
momento será cuando los israelíes orienten su
mira a la presencia física de palestinos en Palestina
(el denominado Transfer). Otro momento apropiado para que
Hizballah asuma su papel regional será cuando Siria
e Irán, a su vez, caigan en la mira. En los días
previos a la guerra de Irak, altos oficiales de Hizballah
indicaron que la organización no tiene el propósito
de atacar objetivos israelíes durante la ofensiva americana
en Irak. Nasrallah declaró en una entrevista que la organización
no responderá a una provocación israelí
en la frontera norte pero no tendrá reservas en caso
de que Israel ataque el Líbano. Desde el otoño
(primavera en el hemisferio sur) de 2002, y más aún
desde la victoria del presidente Bush
en las elecciones y el voto anti-iraquí en el Consejo de Seguridad de noviembre
de 2002, la alianza triangular de Hizballah,
el Régimen Alawita en Siria
e Irán parece haber asumido que es muy peligroso confrontar
a los Estados Unidos en esta etapa. Aparentemente decidieron
esperar a lo que parece ser una campaña inevitable contra
Irak y confiar en una estrategia regional de largo plazo que
pueda obtener ventajas del predominio Shiita
en Irak durante la era post-Saddam,
par revertir la situación en su favor y privar a los
americanos de su éxito. Según el asistente de
Nasrallah, Sheik Naim Qasim, si el ataque americano
contra Irak triunfa, la presión sobre Líbano,
Siria e Irán se incrementará. Pero la situación
es complicada y la experiencia prueba que muchos
planes concebidos por arrogantes terminan por fracasar.
Por lo tanto, Hizballah debe estar
listo para todo desarrollo y confiar en que prevalecerá
así como prevaleció por sobre Israel. Los líderes
de Hizballah ven la crisis del Río Wazzani
y la falta de una reacción israelí, debido a la
presión americana, como una victoria estratégica
que les brinda el respiro necesario para esperar y ver cómo
las cosas evolucionan en el frente iraquí. La provisión
de misiles de largo alcance a Hizballah reforzó además la disuasiva influencia
que ejerce la organización en Israel, en tanto Israel
está limitado a su respuesta por las restricciones impuestas
por los intereses americanos en la región. Mucho depende,
en mi opinión, de cuán decisiva y veloz sea la
campaña militar contra Irak, cuán completa sea
la destrucción del Régimen Iraquí y cómo
reaccionarán las masas iraquíes frente a la nueva
situación. Una última palabra sobre la posible
cooperación entre Hizballah
y Al-Qaeda: mucho se ha publicado
a comienzos de 2002 sobre contactos entre integrantes de Al-Qaeda
en el Líbano y Hizballah. A
pesar de que Hizballah ha negado estos
contactos, sabemos cuál es el grado de confiabilidad
de estas negaciones. Irán, por ejemplo, expulsó
a 16 miembros de Al-Qaeda a Arabia Saudita tras haber negado la presencia de tales
miembros en su territorio. Pero, en mi opinión, el peligro
de tal cooperación se incrementará sólo
tras la guerra en Irak, cuando las dos partes se sientan directamente
amenazadas por la impaciencia de la Administración Bush
por continuar la guerra contra el terror en la cresta de una
campaña exitosa en Irak.
*Fuente:
Instituto de Política Internacional Contra-Terrorismo
(www.ict.org.il)
Traducción:
Sebastián Kleiman
Entre el 11 de septiembre y la guerra de Irak: ¿se abre la caja de pandora
del terrorismo?
Por Luis Fernando García Núñez*
(Desde Bogotá, Colombia)
Todavía hoy tenemos muchas preguntas por resolver o, quizás,
preguntas por hacer, para entender qué pasó el
11 de septiembre de 2001. Interrogantes que apenas han sido
esbozadas y que algunos, con sospechosa reticencia, no quieren
responder.
¿Encontrar
vivo a Osama será muy peligroso?, ¿qué sabe
Osama?, ¿qué sabe Hussein?
Y también,
claro está, actos que no entendemos. ¿Por qué
la guerra contra Irak, un país enemigo de Al Qaeda
y de Osama?, ¿qué es una guerra preventiva en la
era de las comunicaciones, de la aldea global, cuando todo se
sabe con antelación?, ¿se justifica una guerra,
una invasión, un crimen como el cometido contra Irak,
para prevenir una guerra?, ¿se puede prevenir una guerra,
cuando el país que puede agredir está totalmente
arruinado y tiene, además, una compleja crisis política
interna?
Esa mirada, por lo menos, supone que todavía no
tenemos respuestas a éstos y otros interrogantes que
giran por ahí. Los análisis apuntan, con frecuencia,
a juiciosas teorías políticas y económicas,
que nos presentan sólo una parte del conflicto que se
vive en el mundo.
Y más
extraño aún es el desaforado interés de
Estados Unidos en intervenga todo el mundo: los que no
están conmigo, están contra mí, como
en los tiempos de Luis XIV, guardadas proporciones. Y
los que están conmigo deben armarse para luchar contra
los que están contra mí, y como todos van a estar
conmigo, todos deben armarse. Así, tiene validez
la conclusión de Gustavo Adolfo Puyo (2002, 48), cuando
dice: El 11 de septiembre es una fecha de quiebre en la
historia, pero no es el atentado terrorista que tuvo como blanco
a los Estados Unidos el causante de todo lo que se identifica
como cambios luego de esa fecha. El atentado es el hito que
marca una serie de reafirmaciones en el orden mundial, que al
mismo tiempo profundiza una crisis económica que se empezó
a vivir desde meses atrás, pero que sí introduce
una serie de cambios en el comportamiento de las sociedades
y movimientos sociales en el planeta.
Y es
que las declaraciones del presidente Bush
han sido funestas, han mancillado el sentido de la democracia,
del Estado de derecho, y han permitido una confrontación
que ha empezado a extenderse por todos los medios, para provocar
una estampida sin precedentes en el mundo moderno. Además,
una estampida de una alta peligrosidad, porque después
de Irak, con ese triunfo infamante de los aliados, sólo
se abrió la puerta del terrorismo, como única
salida para quienes piensan y pelean de otra manera. Pero, ¿no
será eso lo que quiere Estados Unidos? Ahí, precisamente,
está la razón por la cual el proceso entre Israel
y los palestinos no tiene una salida clara: es un proceso amenazado
de muerte, y algunos esperan que alcance las proporciones de
una guerra en que se altere la voluntad de paz de sectores judíos
y árabes, deseosos, sin duda, de alcanzar acuerdos que
den por terminado este conflicto.
Este
proceso se convierte, así, en una especie de montaje
que de un momento a otro pierde sentido, como perdió
sentido la intervención de las Naciones Unidas en la
lamentable guerra contra Irak. De tal modo que de nada sirven
los viajes de altos funcionarios del gobierno norteamericano,
encabezados por el presidente Bush,
cuando ellos mismos dieron un mal ejemplo con el ataque unilateral
a Irak, a pesar, como ya lo dijimos, de las Naciones Unidas
y del rechazo mundial que causó. Nadie ha explicado,
con seriedad y respeto por los principios del derecho internacional,
esa cruenta invasión. Veamos, también, lo que
pasa con Irán, las veladas y destempladas amenazas a
Siria y la complejidad de la intervención norteamericana
en otros casos dramáticos de Latinoamérica, como
por ejemplo el de Colombia, con el mal llamado Plan Colombia,
cuya sola mención desestabiliza la agónica convivencia
de todo el Sur de América. Así mismo, lo hacen
con Cuba y lo harán con otros países.
Las
declaraciones de los altos funcionarios del gobierno norteamericano
tienen un cierto parecido a los videos que de vez en cuando
envía a los medios de comunicación Osama.
Y, entonces, se vuelve al tema que originó toda esta
movilización bélica: el terrorismo, y otra vez
muchas preguntas por contestar, y muchas preguntas por hacer: ¿qué
es el terrorismo?, ¿quién decide cuando un acto
es terrorista y cuando no? Acaso el terrorismo no se relaciona
con el terror: y no fue terror lo que vivieron los habitantes
de Afganistán, de Irak, por no ir muy lejos. Terror como
el terror de quienes vimos estrellarse los aviones contra las
torres gemelas en Nueva York. ¿No
fue terrorismo el saqueo de los museos de Bagdad? Y no es terrorismo
ofrecer la reconstrucción de una ciudad que ellos mismos
destruyeron: ¿eso, acaso, no es terrorismo económico?.
Algo
más grave aún: reconstruir una ciudad a imagen
y semejanza de quienes la destruyeron es un acto terrorista
que tiene implicaciones religiosas y culturales de proporciones
que aún no podemos prever. Sí, implicaciones futuras.
Otra mirada permite pensar que la guerra contra Irak se convertirá,
así, en una abierta confrontación entre Occidente
y el mundo musulmán víctima de esta guerra que
se ha planeado desde aquí, sin otras implicaciones que
aquellas que pueden dar quienes se consideran hoy adalides de
la democracia y de la libertad, eso sí, de la que ellos
creen que es útil para sus intereses.
Así
que desde el 11 de septiembre de 2001 el mundo inició
una guerra taimada y desleal, incluso con el sentido mismo de
guerra, con el que dan, por lo menos, los soldados que participan
en ella: sí, dejan de ser soldados para convertirse,
casi mecánicamente, en mercenarios, y por eso el número
de combatientes latinos es tan impresionante: algo más
de 30 mil: los miles de latinos que pensando en el sueño
americano van, a las buenas o a las malas, a vivir en los Estados
Unidos y allí se alistan en lo que sea, para hacer realidad
ese anhelo.
Desde
entonces, con más fuerza de la que se supone, se abrió
la Caja de Pandora del terrorismo internacional.
No tenemos ahora ni idea de la dimensión de la tragedia
que parece avecinarse.
* Periodista y profesor de la Universidad
Externado de Colombia. Correo electrónico: [email protected]
Especial para Horizonte, para una
convivencia en Medio Oriente.
El fundamentalismo israelí
Por
Damián Szvalb
(Desde
Buenos Aires)
Los actos terroristas tienen una particularidad
que los distinguen de cualquier otra acción violenta:
tienen como objetivo principal matar civiles indefensos. En
este sentido podemos hacer historia y referirnos a los dos casos
más resonantes de terrorismo llevado a cabo por personas
que estaban plenamente integradas en la sociedad israelí.
Uno fue el asesinato masivo de 29 creyentes palestinos perpetrado
por Baruj Goldstein en la mezquita de
Hebron en 1994 y el otro, el asesinato
del entonces primer ministro Itzjak
Rabin, por Igal
Amir en 1995.
Se haría una lectura
equivocada y simplista si se explicasen estos dos casos como
situaciones aisladas, emprendidas por dos asesinos que actuaron
individualmente. Si bien Goldstein y Amir cometieron sus
crímenes sin el apoyo institucional de ningún
grupo en particular, ambos fueron impulsados a actuar por una
ideología fuertemente arraigada en la cultura política
israelí que tomó forma luego de la guerra de 1967.
Ahí se consolidó una alianza entre la ultraderecha
nacionalista y la ultraderecha religiosa que creó una
ideología que no hay que dudar en llamar fundamentalista
y que hizo pie en un sector de la sociedad israelí.
Baruj Goldstein había nacido en Estados Unidos,
se había transformado en un ortodoxo reformista y era
miembro del movimiento racista Kaj,
que fue fundado por el rabino Meir
Kahane. Kaj protagonizó su primer hecho de violencia grave
en 1982, cuando durante una manifestación del movimiento
Paz Ahora, dos activistas de la agrupación lanzaron una
granada contra la multitud por lo que resultó muerto
Emil Grinswaing,
un joven activista pacifista. Hasta que fue prohibido por el
Parlamento israelí, acusado de racista, la ideología
del movimiento de Kahane tenía dos ejes fundamentales: promovía
la expulsión de todos los árabes de la tierra
de Israel y estaba contra todo judío que no entendiera
y practicara la religión como ellos. Luego de los acuerdos
de Oslo firmados por Rabin, Peres
y Arafat, los poblados árabes
de Cisjordania cercanos a los asentamientos judíos fueron
objetivos de los fundamentalistas judíos, quienes emprendían
contra aquellos una violencia que, hasta ahí, era de
baja intensidad. La criminal aparición de Goldstein,
quien fue abatido ese día por las balas disparadas por
quienes se encargaban de la seguridad en la mezquita, despertó
a buena parte de la sociedad israelí que hasta allí
se mostraba indiferente.
Por
otro lado, el asesinato de Rabin
en pleno centro de Tel-Aviv sucedió
en medio de un clima político enrarecido, quizás,
como nunca antes. Los grupos ultra religiosos más reaccionarios
sintieron que luego de Oslo se les había generado un
campo propicio para actuar. Vieron como la derecha y los partidos
religiosos democráticos se estaban apartando de las normas
que nunca deben transgredirse para que una sociedad continúe
siendo pluralista. La oposición de derecha rompió
muchos de los códigos de convivencia atacando verbalmente
a Rabin y a Shimón
Peres de forma tan violenta que le
quitó a los fundamentalistas religiosos aquella penosa
exclusividad de ser los únicos que descalificaban moralmente
una decisión política de un gobierno democrático.
Igal Amir, un egresado del movimiento juvenil sionista
religioso Benei Akiba,
fue quien llevó a la práctica aquella ideología.
Rabin y Peres son dos cabezas de
la misma culebra. Hay que matarla, hay que aplastarla,
decía cuando los acuerdos con los palestinos ya eran
una realidad. Amir venía de
una familia de buen pasar y era un estudiante de abogacía;
y fue justamente su formación y la gente con que se rodeaba
en su vida cotidiana la que lo llevó a transformarse
en un asesino. Fueron muchos los que le suministraban armas
y explosivos, que fueron descubiertos durante la investigación
en su habitación y en la de su hermano. La justicia israelí
condenó a Igal Amir
con la máxima pena para asegurarse que pase el resto
de su vida encerrado en una cárcel.
Fue tal la virulencia
política con que la derecha atacó a Rabin y a
Peres y lo poco que hizo su dirigencia para condenar o al menos
moderar las agresiones de sus seguidores contra los impulsores
del proceso de paz, que cuando cuatro meses después del
asesinato de Rabin, Netanyahu, el líder político del Likud, ganó
las elecciones, muchos en Israel dijeron que ese había
sido en verdad el triunfo de Igal
Amir.